Cómo reducir la fiebre en los gatos

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Ya seas tú o tu gato, tener fiebre no es necesariamente algo malo. Esta es una respuesta inmunológica normal que ayuda al cuerpo a recuperarse de una enfermedad matando a las bacterias sensibles al calor. El calor de la fiebre también aumenta el flujo de sangre enviado a los tejidos lesionados para ayudar a repararlos. Sin embargo, hay casos en los que la fiebre es peligrosa. Si tu gato tiene fiebre, puedes ayudar a reducirla para que se recupere más rápido. También hay muchos medicamentos que puedes usar. Hacer que tu gato se sienta más cómodo lo ayudará a superar su fiebre y regresar a la normalidad. Reconoce los síntomas de la fiebre en los gatos. El rango normal de temperatura rectal para los gatos es de 38,1 a 39,4 °C (de 100 a 102,5 °F).[1] Si no puedes tomar la temperatura de tu gato con facilidad, los siguientes síntomas podrían indicar la presencia de una fiebre:[2] Poco apetito Letargo Inactividad Debilitamiento Pérdida de pelo excesiva Alejarse de otros gatos Respiración rápida o poco profunda Escalofríos Reducción de actividades de aseo En la mayoría de los casos, la fiebre es provocada por una condición subyacente; por ello, mantente alerta para identificar otros síntomas como vómitos, diarrea, tos, estornudos o hinchazón de la piel. Estos podrían indicar la causa de la enfermedad de tu gato. CONSEJO DE ESPECIALISTA Brian Bourquin, DVMBRIAN BOURQUIN, DVM Veterinario Los síntomas de una fiebre pueden ser difíciles de detectar en el caso de los gatos. Si tu gato tiene fiebre, podrías no detectar ninguna señal. No obstante, podrías notar un cambio en su comportamiento, o podría esconderse o tambalearse al caminar. Si la fiebre es lo suficientemente elevada, incluso podrías sentirla al simplemente tocar al gato. Asimismo, revisa si su nariz está seca; no es una señal de fiebre, pero puede indicar si el gato está deshidratado. oma la temperatura de tu gato. Los síntomas son un buen signo de que tu gato tiene fiebre, pero la única forma de saberlo con certeza es tomarle la temperatura con un termómetro. Puedes tomar la temperatura de tu gato por el recto o por su oreja.[3] Reúne tus implementos. Necesitarás un termómetro, lubricante (p. ej., vaselina o un gel lubricante), alcohol, papel toalla y una golosina para gatos. Si vas a usar un termómetro de vidrio, agítalo hasta que el mercurio esté por debajo de la línea de los 35 °C (96 °F). También puedes simplemente encender un termómetro digital y usarlo. Usa un termómetro especial diseñado para mascotas para medir su temperatura en la oreja. Si vas a medir la temperatura de tu gato por el recto, lubrica el termómetro. Sostén a tu gato debajo de uno de tus brazos o pídele a alguien que lo sostenga. Levanta su cola. Inserta el termómetro en el ano de tu gato a una profundidad aproximada de 2,5 cm (1 pulgada). Mantén el termómetro de vidrio dentro del ano por 2 minutos. En el caso de un termómetro digital, retíralo cuando emita un sonido. Limpia el termómetro con alcohol isopropílico y papel toalla. Dale a tu gato una golosina para reconfortarlo. Si tu gato tiene una fiebre mayor a los 39 °C (102 °F), llévalo al veterinario de inmediato. La fiebre alta puede causar lesiones en los órganos.[4] Examina el cuerpo de tu gato. Presiona con suavidad el cuerpo de tu gato usando tus dedos y frótalo levemente. Esto se llama palpar.[5] Determina si puedes sentir alguna lesión como fracturas óseas, ganglios linfáticos hinchados, abscesos, infecciones de heridas o tumores. Todos estos pueden causar fiebre.[6] Podrías o no sentir una fractura ósea en tu gato. Las fracturas o roturas de huesos pueden causar hinchazón o hematomas en el área de la lesión. Si aplicas presión en el área lesionada, tu gato responderá con dolor. Sé cuidadoso cuando lo examines.[7] Debes ser capaz de sentir los ganglios linfáticos inflamados debajo del área de la mandíbula de tu gato y cerca de sus hombros. También puede ocurrir una hinchazón en la parte posterior de las piernas o cerca de la ingle.[8] Si notas alguno de esto síntomas, lleva a tu gato al veterinario de inmediato. Estas condiciones requieren una atención médica inmediata. Si no notas alguno de estos síntomas, es probable que la fiebre sea una respuesta inmunológica normal. Sigue los pasos brindados a continuación tal como se indica, salvo que la fiebre de tu gato haya estado presente por más de 24 horas. Si tu gato ha tenido fiebre por más de 24 horas, consulta a un veterinario para que reciba tratamiento lo más pronto posible. Ayuda a tu gato a enfriarse. Los gatos pierden calor a través de las glándulas sudoríparas que se encuentran en sus patas y jadeando. Ayuda a tu gato con fiebre a enfriarse para poder reducir su temperatura corporal. Busca una habitación oscura y fresca, de preferencia con un piso con losetas o baldosas para que pueda echarse en él y transferirle su calor corporal. También puedes probar estos métodos para enfriar a tu gato:[9] mas información en www.asistirveterinaria.com