Cómo trotar a caballo

Coescrito por Ryan Corrigan, LVT, VTS-EVNReferenciasEn este artículo: Perfeccionar tu postura Trotar levantado Sentarte al trote Artículos relacionados Referencias

Sin importar si eres un jinete principiante o uno experto, el trote se considera una habilidad esencial. Debes comenzar por trabajar en tu postura, ya que una forma incorrecta te dejará tanto a ti como al caballo adoloridos. Para muchos jinetes, el trote levantado (o levantarse de la silla al paso del caballo) es más fácil de dominar. Por otro lado, sentarte al trote implica movimientos musculares más sutiles y coordinados. En cualquier caso, debes tener paciencia y concentrarte en sincronizar tus movimientos con los músculos del lomo del caballo.

Perfeccionar tu postura




Siéntate erguido con la cabeza, las caderas y los tobillos alineados. Ya sea que montes al estilo inglés u occidental, tu postura debe ser elevada, recta y equilibrada. Mantén los brazos relajados y contra los lados, y deja que las piernas cuelguen de forma natural a ambos lados del caballo.[1]
Si te mantienes bien equilibrado, debes sentarte directamente por encima de los tobillos. Esto significa que tus tobillos, caderas y cabeza deben formar una línea recta. Si no estuvieras sobre el caballo, podrías pararte en esta posición sin volcarte.

Mantén la vista hacia adelante o en la dirección hacia la que deseas avanzar


. Fijar los ojos en un punto focal que se encuentre adelante te ayudará a mantener una postura recta y equilibrada. Cuanto mejor mantengas el equilibrio, más equilibrado estará también el caballo.[2]
Una buena regla para recordar es que la dirección que ves a través de las orejas del caballo es en la que debes avanzar.
Bajar la vista es un mal hábito que es difícil de romper y que con el tiempo puede ocasionar una caída. Si tienes problemas para mantener los ojos en alto, trata de concentrarte en los árboles o en la línea del techo de un edificio frente a ti.




Relaja tu cuerpo para absorber el movimiento del caballo. Recuerda no apretar con fuerza los muslos, las rodillas o las pantorrillas. Estas partes del cuerpo deben descansar de manera uniforme contra los lados del caballo mientras te equilibras con la silla. Mantén las caderas, las rodillas y los tobillos ligeros para absorber el movimiento de sacudida del trote.[3]
Siempre debes hacer todo lo posible por relajarte mientras cabalgas. Un jinete tenso será incómodo para el caballo.
Consejo: piensa en tus caderas y piernas como si estuvieran conectadas a los músculos del lomo del caballo. Imagina que tus caderas levantan el lomo del animal para que se mueva. Dado que el caballo se encuentra en constante movimiento mientras trota, recuerda que tu cuerpo también debe mantenerse así.

Coloca las puntas de los pies en los estribos si planeas utilizarlos.





Coloca las puntas de los pies en los estribos si planeas utilizarlos. Si estás montando con estribos, debes mantener solo las puntas de los pies en ellos. Flexiona los tobillos de manera que los talones se ubiquen más cerca del suelo que las puntas de los pies.[4]
Mantén una presión uniforme sobre los estribos en todo momento para mantener el equilibrio. Asegúrate de no empujar tu cuerpo hacia adelante o de utilizar los estribos para rebotar mientras el caballo trota.

Sujeta las riendas con la mano izquierda si planeas montar al estilo occidental.



Sujeta las riendas con la mano izquierda si planeas montar al estilo occidental. Sostén las riendas con la mano izquierda justo por encima y delante del borrén delantero (que es la sección elevada en la parte delantera de la silla). Deja que la mano derecha descanse sobre el muslo y mantén ambos codos contra tus costados.[5]
Si planeas montar al estilo inglés, toma las riendas con ambas manos. Mantén las manos justo por delante de la silla y los codos ligeramente flexionados, relajados y cerca de los costados. Mientras te sientas derecho, los codos deben estar alineados con la cabeza.[6]

Trotar levantado



Aprieta las piernas o dale al caballo una patada ligera para indicarle que comience a trotar. Empieza con una caminata ligera y equilibrada. Cuando te sientas relajado y equilibrado sobre el caballo, debes acortar las riendas de 2 a 5 cm (de 1 a 2 pulgadas) y apretar enérgicamente al animal con las piernas hasta que comience a trotar. Si el caballo necesita un estímulo adicional, trata de decirle “¡Trota!” o de darle una patada rápida y suave con el talón.[7]
Haz que el caballo camine hasta que se sienta cómodo contigo. Una vez que te sientas seguro y el caballo parezca tranquilo y dispuesto, puedes estimular el trote.
Una cabeza caída es la señal clave de que el caballo está relajado. Si levanta la cabeza, se siente rígido o trata de morderte los pies, puedes reducir la velocidad de tu respiración y los latidos de tu corazón, y tranquilizarlo diciendo “calma” o “está bien” con voz baja, suave y tranquila.
Algunos jinetes prefieren no emplear comandos de patada, así que debes consultar con el entrenador del caballo o tu instructor de equitación acerca de cómo acelerar el trote.
Consejo: si te sientes desequilibrado cuando apenas estás comenzando, debes enganchar el dedo meñique alrededor del borrén delantero de la silla. De esta manera, no jalarás con fuerza las riendas ni lastimarás el hocico del caballo.[8]

Trota levantado hacia adelante en un ángulo de 30 grados.




Levántate hacia adelante y mantén la columna recta, el pecho hacia afuera y los hombros hacia atrás. A medida que lo haces, inclínate hacia adelante unos 30 grados. Deja que el movimiento del caballo dirija el trote. Recuerda pensar en tu torso, caderas y piernas como en una extensión de los músculos del lomo del caballo.[9]
Evita impulsarte con los pies o las piernas. Solo debes levantarte aproximadamente 5 cm (2 pulgadas) de la silla. Si rebotas con fuerza o te impulsas con los pies, puedes lastimar al animal.
 

Sincroniza tus elevaciones con el paso del caballo.



El trote se conoce como un paso de dos tiempos. Puedes contar “1-2-1-2” junto con el sonido de los cascos mientras el caballo trota. Para sincronizarte con el paso, levántate mientras el hombro exterior del caballo (el más cercano al ruego o al perímetro del hipódromo) se mueve hacia adelante.[10]
Cuando un caballo trota, mueve los pares de patas diagonales al unísono. Primero, mueve la pata delantera izquierda y la pata trasera derecha hacia adelante. Luego, mueve la pata delantera derecha y la pata trasera izquierda.

Regresa a la silla con suavidad.



Cuando desciendas de la elevación, trata de no caer con fuerza sobre el lomo del animal. La silla dispersará parte de tu peso corporal, pero rebotar con fuerza sigue siendo incómodo para el caballo.[11]
Elevarte 30 grados hacia adelante en lugar de hacia arriba y hacia abajo puede ayudarte a evitar rebotar con fuerza sobre el lomo del caballo.

Mantén las pantorrillas presionadas firmemente contra el vientre del caballo.



Tus piernas deben estar relajadas. No aprietes al animal con fuerza ni utilices las piernas para mantener el equilibrio. Dicho esto, asegúrate de que tus pantorrillas permanezcan en contacto con el vientre del caballo. De esta manera, evitarás movimientos involuntarios de las piernas.[12]
Si no mantienes el control de tus piernas, podrías patear por accidente al animal y confundirlo.

Mantén una presión constante sobre los estribos si los estás utilizando.



La presión sobre los estribos debe permanecer constante mientras te levantas y te sientas. En lugar de apretar los tobillos y forzarte hacia arriba, debes moverte con suavidad hacia arriba y hacia abajo con los tobillos flexibles y elásticos.[13]
Si montas sin estribos, debes extender las piernas y utilizar la silla para mantener el equilibrio. Si estrujas las piernas, puedes apretar con fuerza al caballo con las rodillas y los muslos.[14]

Sentarte al trote



Lleva el trasero hacia la parte más profunda de la silla. Siéntate erguido y lleva el trasero lo más atrás que puedas hacia la silla. Cuadra los hombros para mantener el equilibrio, pero asegúrate de mantener el torso, las caderas y los muslos sueltos para que puedas seguir los movimientos del caballo.[15]
Sentarte hacia adelante dificulta el balanceo de las caderas en sincronía con el paso del caballo.

Haz que el caballo trote apretando las piernas o dándole una patada suave.





Haz que el caballo trote apretando las piernas o dándole una patada suave. Deja que el animal se sienta cómodo contigo durante una caminata ligera. Acorta las riendas de 2 a 5 cm (1 a 2 pulgadas) y luego aprieta las piernas para indicarle que trote. Si es necesario, di “¡Trota!” o dale una patada ligera para que avance.[16]
Haz que el caballo trote una vez que te sientas equilibrado y seguro sobre él. Debería parecer tranquilo y dispuesto. Su cabeza se balanceará hacia arriba y hacia abajo con su paso, pero debe encontrarse en una posición general caída en lugar de mantenerse erguido.
Si parece estresado, trata de calmar tus propios nervios y los del caballo hablándole con una voz suave, baja y tranquila.
Dado que a algunos jinetes no les gusta emplear comandos de patada, consulta con el instructor de equitación o el entrenador cómo indicarle los comandos a tu caballo en particular.

Mantén los hombros y la columna rectos.



Mantén los hombros y la columna rectos. Mantén tu postura erguida, y la cabeza, los hombros y las caderas alineados. Mantén el torso recto y elevado, pero recuerda no tensar el cuerpo.[17]
Cuadra los hombros para mantener el equilibrio, pero trata de no estar demasiado rígido. Mantén el torso y las piernas relajados para seguir el ritmo del paso del caballo.


Mueve las caderas al ritmo de los músculos del caballo.




Mueve las caderas al ritmo de los músculos del caballo. Mantente conectado con el animal y sigue sus movimientos con las caderas. Mueve las caderas hacia arriba y hacia adelante, y hacia abajo y hacia atrás al ritmo de los músculos del lomo del caballo.[18]
Recuerda mantener las pantorrillas apoyadas (pero no bloqueadas) contra el vientre del caballo para evitar patearlo por accidente.
Practica este ejercicio: siéntate sobre un columpio, levanta las piernas del suelo y practica mover el columpio hacia adelante y hacia atrás sin mover las piernas. Solo utiliza los músculos de las caderas, la parte baja de la espalda y el estómago. Estos son los mismos músculos que utilizas para sentarte al trote.[19]

Evita empujar los estribos si los estás utilizando.



Evita empujar los estribos si los estás utilizando. Trata de no chocar contra los estribos ni rebotar sobre ellos. En lugar de clavar los pies, debes mantener los tobillos flexibles para sincronizarlos con el paso del caballo.[20]
Trata de sentarte al trote sin estribos. Este ejercicio puede ayudarte a dominar la alineación adecuada de las piernas.[21]
Consejos
Recuerda no jalar las riendas al trotar levantado.
Puedes tardar meses en familiarizarte con el trote, así que debes tener paciencia. Puede parecerte imposible al principio, pero con el tiempo se volverá algo instintivo.
¡Siempre utiliza un casco cuando montes a caballo!
Si apenas estás comenzando, pídele a un entrenador que te observe y corrija tu método si es necesario.
Para ralentizar al caballo, debes apretar tus abdominales, muslos y pantorrillas. Luego, de manera gradual (y no bruscamente), jala los estribos hacia atrás de 5 a 8 cm (de 2 a 3 pulgadas). Los comandos pueden variar, así que consulta con el entrenador del caballo o el instructor de equitación para conseguir la indicación correcta para ralentizarlo.[22]

https://es.wikihow.com/trotar-a-caballo
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