Sin importar si eres un jinete principiante o uno experto, el trote se considera una habilidad esencial. Debes comenzar por trabajar en tu postura, ya que una forma incorrecta te dejará tanto a ti como al caballo adoloridos. Para muchos jinetes, el trote levantado (o levantarse de la silla al paso del caballo) es más fácil de dominar. Por otro lado, sentarte al trote implica movimientos musculares más sutiles y coordinados. En cualquier caso, debes tener paciencia y concentrarte en sincronizar tus movimientos con los músculos del lomo del caballo.
Perfeccionar tu postura
Siéntate erguido con la cabeza, las caderas y los tobillos alineados. Ya sea que montes al estilo inglés u occidental, tu postura debe ser elevada, recta y equilibrada. Mantén los brazos relajados y contra los lados, y deja que las piernas cuelguen de forma natural a ambos lados del caballo.[1]
Si te mantienes bien equilibrado, debes sentarte directamente por encima de los tobillos. Esto significa que tus tobillos, caderas y cabeza deben formar una línea recta. Si no estuvieras sobre el caballo, podrías pararte en esta posición sin volcarte.
Mantén la vista hacia adelante o en la dirección hacia la que deseas avanzar
Relaja tu cuerpo para absorber el movimiento del caballo. Recuerda no apretar con fuerza los muslos, las rodillas o las pantorrillas. Estas partes del cuerpo deben descansar de manera uniforme contra los lados del caballo mientras te equilibras con la silla. Mantén las caderas, las rodillas y los tobillos ligeros para absorber el movimiento de sacudida del trote.[3]
Siempre debes hacer todo lo posible por relajarte mientras cabalgas. Un jinete tenso será incómodo para el caballo.
Consejo: piensa en tus caderas y piernas como si estuvieran conectadas a los músculos del lomo del caballo. Imagina que tus caderas levantan el lomo del animal para que se mueva. Dado que el caballo se encuentra en constante movimiento mientras trota, recuerda que tu cuerpo también debe mantenerse así.
Coloca las puntas de los pies en los estribos si planeas utilizarlos.
Coloca las puntas de los pies en los estribos si planeas utilizarlos. Si estás montando con estribos, debes mantener solo las puntas de los pies en ellos. Flexiona los tobillos de manera que los talones se ubiquen más cerca del suelo que las puntas de los pies.[4]
Mantén una presión uniforme sobre los estribos en todo momento para mantener el equilibrio. Asegúrate de no empujar tu cuerpo hacia adelante o de utilizar los estribos para rebotar mientras el caballo trota.
Sujeta las riendas con la mano izquierda si planeas montar al estilo occidental.
Trotar levantado
Aprieta las piernas o dale al caballo una patada ligera para indicarle que comience a trotar. Empieza con una caminata ligera y equilibrada. Cuando te sientas relajado y equilibrado sobre el caballo, debes acortar las riendas de 2 a 5 cm (de 1 a 2 pulgadas) y apretar enérgicamente al animal con las piernas hasta que comience a trotar. Si el caballo necesita un estímulo adicional, trata de decirle “¡Trota!” o de darle una patada rápida y suave con el talón.[7]
Haz que el caballo camine hasta que se sienta cómodo contigo. Una vez que te sientas seguro y el caballo parezca tranquilo y dispuesto, puedes estimular el trote.
Una cabeza caída es la señal clave de que el caballo está relajado. Si levanta la cabeza, se siente rígido o trata de morderte los pies, puedes reducir la velocidad de tu respiración y los latidos de tu corazón, y tranquilizarlo diciendo “calma” o “está bien” con voz baja, suave y tranquila.
Algunos jinetes prefieren no emplear comandos de patada, así que debes consultar con el entrenador del caballo o tu instructor de equitación acerca de cómo acelerar el trote.
Consejo: si te sientes desequilibrado cuando apenas estás comenzando, debes enganchar el dedo meñique alrededor del borrén delantero de la silla. De esta manera, no jalarás con fuerza las riendas ni lastimarás el hocico del caballo.[8]
Trota levantado hacia adelante en un ángulo de 30 grados.
Sincroniza tus elevaciones con el paso del caballo.
El trote se conoce como un paso de dos tiempos. Puedes contar “1-2-1-2” junto con el sonido de los cascos mientras el caballo trota. Para sincronizarte con el paso, levántate mientras el hombro exterior del caballo (el más cercano al ruego o al perímetro del hipódromo) se mueve hacia adelante.[10]
Cuando un caballo trota, mueve los pares de patas diagonales al unísono. Primero, mueve la pata delantera izquierda y la pata trasera derecha hacia adelante. Luego, mueve la pata delantera derecha y la pata trasera izquierda.
Regresa a la silla con suavidad.
Cuando desciendas de la elevación, trata de no caer con fuerza sobre el lomo del animal. La silla dispersará parte de tu peso corporal, pero rebotar con fuerza sigue siendo incómodo para el caballo.[11]
Elevarte 30 grados hacia adelante en lugar de hacia arriba y hacia abajo puede ayudarte a evitar rebotar con fuerza sobre el lomo del caballo.
Mantén las pantorrillas presionadas firmemente contra el vientre del caballo.
Mantén una presión constante sobre los estribos si los estás utilizando.
Sentarte al trote
Haz que el caballo trote apretando las piernas o dándole una patada suave.
Haz que el caballo trote apretando las piernas o dándole una patada suave. Deja que el animal se sienta cómodo contigo durante una caminata ligera. Acorta las riendas de 2 a 5 cm (1 a 2 pulgadas) y luego aprieta las piernas para indicarle que trote. Si es necesario, di “¡Trota!” o dale una patada ligera para que avance.[16]
Haz que el caballo trote una vez que te sientas equilibrado y seguro sobre él. Debería parecer tranquilo y dispuesto. Su cabeza se balanceará hacia arriba y hacia abajo con su paso, pero debe encontrarse en una posición general caída en lugar de mantenerse erguido.
Si parece estresado, trata de calmar tus propios nervios y los del caballo hablándole con una voz suave, baja y tranquila.
Dado que a algunos jinetes no les gusta emplear comandos de patada, consulta con el instructor de equitación o el entrenador cómo indicarle los comandos a tu caballo en particular.
Mantén los hombros y la columna rectos.
Mueve las caderas al ritmo de los músculos del caballo.
Mueve las caderas al ritmo de los músculos del caballo. Mantente conectado con el animal y sigue sus movimientos con las caderas. Mueve las caderas hacia arriba y hacia adelante, y hacia abajo y hacia atrás al ritmo de los músculos del lomo del caballo.[18]
Recuerda mantener las pantorrillas apoyadas (pero no bloqueadas) contra el vientre del caballo para evitar patearlo por accidente.
Practica este ejercicio: siéntate sobre un columpio, levanta las piernas del suelo y practica mover el columpio hacia adelante y hacia atrás sin mover las piernas. Solo utiliza los músculos de las caderas, la parte baja de la espalda y el estómago. Estos son los mismos músculos que utilizas para sentarte al trote.[19]